Una profunda tristeza se ha apoderado de Pontedeume con el fallecimiento de Emma Bellón Cancio, una niña de tan solo cuatro años que padecía el síndrome de Angelman, una rara y desafiante enfermedad genética. A pesar de los numerosos obstáculos que enfrentó a lo largo de su corta vida, Emma era conocida por su eterna sonrisa, una característica del síndrome que le dio su nombre.
El síndrome de Angelman afecta a uno de cada 15.000 niños y presenta una serie de problemas motrices y de desarrollo, incluyendo dificultades para dormir, lo que limitaba su descanso a solo unas pocas horas. A pesar de estos desafíos, Emma irradiaba alegría y felicidad en todo momento, lo que la hizo querida por toda la comunidad.
Sus padres, Cristina y Andrés, estuvieron incansablemente al lado de Emma, brindándole amor y cuidado constante. La familia, con el apoyo de amigos y diversas entidades, emprendió numerosas iniciativas para financiar terapias destinadas a mejorar la calidad de vida de Emma, incluida la recogida de tapones de plástico para su posterior reciclaje.
El alcalde de Pontedeume, Bernardo Fernández, expresó su profundo pesar por la pérdida de Emma y destacó el apoyo de la comunidad en este momento difícil. Hizo un llamado a continuar apoyando la investigación en enfermedades como esta y resaltó la importancia de avanzar en la investigación médica.
La concejala Alejandra Bellón compartió el sentimiento de tristeza que embarga a la comunidad y destacó cómo todos se han unido en este momento de duelo. La capilla ardiente de Emma se encuentra en el tanatorio eumés de San José en Campolongo, y su entierro está programado para mañana en el cementerio municipal de Pontedeume. También se llevará a cabo un funeral en la iglesia parroquial de Santiago de Pontedeume para honrar la memoria de esta valiente niña que dejó una huella imborrable en el corazón de todos.
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